Un año que se va …


Un año más que se va dejándonos alegrías y tristezas, dejando errores por perdonar y nuevas oportunidades demostrándonos que el tiempo es un gigante que no se detiene pero que también acaba colocando cada cosa en su lugar. Un año que nos deja amistades y vacíos por quienes se fueron y que además es una promesa para volver a empezar.

No es momento de mirar hacia atrás ni llorar lo perdido, mañana el mundo seguirá girando y nuestros problemas seguirán siendo los mismos, pero también podremos sonreír al tener una página en blanco, mil historias por escribir y otras más que contar bendiciones que esperan ser vividas para recordar.

Un año más que se va dejando promesas rotas tras de sí, pero también esperanzas y sorpresas agradables. Un año que nos recuerda que nunca es demasiado tarde si se quiere empezar a mejorar y ser feliz, lleno de seres queridos y nuevos amigos y de instantes que quedarán en la memoria por siempre.

No importan las veces que hayas llorado, que te hayas caído o hayas encontrado motivos para rendirte, sino la certeza de que te puedes volver a levantar, que tienes sonrisas nuevas por descubrir y también canciones por cantar, amores que vivir, viajes que hacer y música por escuchar.

Un año más que se va y nos hace acordar de las horas felices. Trescientos sesenta y cinco días llenos de magia, de noches de desvelo y de conversaciones sin sentido, de tazas de café vacías y mensajes que nos hicieron reír de amigos que te visitan y amores que se van. Un año repleto de experiencias que nos dan sentido.

La vida siempre será un misterio pero vale la pena indagar dentro de él, porque conforme pasan los segundos te das cuenta de que en realidad nunca tienes nada que perder.

Fuente: amorteca.com

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