La edad madura

La edad madura no solo trae arrugas, también trae experiencia por eso para uno, es más fácil hacer amigos verdaderos, sinceros y genuinos.

Para un adulto que se relaciona , cuentan mucho los gestos, las palabras, los silencios.
Para nosotros, por ejemplo, las lágrimas significan dolor, frustración, impotencia, etc., y nada más. Jamás serán cadenas que sujeten nuestra amistad.

Las confidencias, las agradecemos como signo de confianza pero no permitimos que nos conviertan en cómplices.
La amistad, mis queridos amigos, es una comunión de almas y espíritus , en la que se comparten confidencias ,puntos de vista, autobiografías , y sentires, por el puro placer de compartir.
La amistad tiene otra perspectiva para nosotros, amamos lo que hacemos y es muy raro que nos engañemos, por esa razón somos mas selectivos a la hora de hacer amigos. Y no porque queramos, sino que, por la misma experiencia, encontramos a nuestros iguales, somos transparentes para los que son como nosotros.

Por eso el ciberespacio no nos limita, ya que sin querer damos con ellos. La amistad es el primer paso de la convivencia, hacemos amigos desde nuestra niñez , y con el transcurso de los años, estos han compartido una parte de nuestra vida, y así junto con los nuevos años, viene nuevos amigos.

La amistad es el mejor remedio para la soledad, para la incomprensión, cuando éstas aparecen en nuestra vida, por alguna razón.
Ya para finalizar, déjenme concluir con esta verdad, cuando se tienen amigos , jamás llegaremos a morir solos, porque muchos nos despedirán, y otros tantos nos estarán esperando.

Autor desconocido

A veces, es mejor…

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Hay cosas que nos pasan en la vida que encontramos difíciles de aceptar. Los recuerdos regresan y nos perturban una y otra vez.

Cuando algo sucede en nuestras vidas que encontramos difícil de aceptar, tenemos que decidir si hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas. Si lo hay, debemos hacer lo que podamos para que todo esté de nuevo bien. Pero si hemos hecho todo lo posible, y en nuestro corazón sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.

Después de haber repasado los «qué hubiera pasado si» y los «por qué», quizás aprendamos una lección valiosa. Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia. Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pido haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir…

Autor desconocido