¿Cómo vives?

¿Cuánto tiempo te queda para vivir? ¿Años, meses, días…? Espero que muchos años más. Yo también espero vivir mucho más y así podremos compartir largo tiempo estos escritos. Sin embargo, ninguno de nosotros sabe cuánto le queda de vida.

La vida es de una sola vía. No se puede retroceder en el tiempo para volver a hacer las cosas o disfrutar aquello que no supimos apreciar en su momento. Veamos otra pregunta: ¿Cuál es el tiempo más valioso?

El pasado puede haber sido más o menos agradable. Pero ya ocurrió y no hay más que hacer. El futuro todavía no llega y no sabemos cuánto va a durar. De modo que el tiempo más valioso que tienes es ahora mismo. No hay garantías de que estaremos vivos en la próxima hora, minuto o segundo. Cualquier cosa puede suceder y acabar nuestras vidas.

Disfruta la bendición de estar vivo ahora. Mira a tu alrededor y busca lo positivo que te rodea. Si tienes cerca otra persona, manifiéstale tu cariño y amor ahora. Sonríe ahora mismo y mañana y todos los días. La sonrisa es contagiosa y puede traerte mucha felicidad a ti y a quienes te rodean. Disfruta estos momentos para que en el futuro no mires hacia atrás pensando en las oportunidades que te perdiste de ser feliz.
S. Valdivia

Correr el riesgo

parapente.jpg

Correr el riesgo es a veces volar, es a veces llorar, tan solo equivocarse; es elegir, es ir sin preguntar; es un poco temblar, es algo más de vida.

Es como entrar de nuevo en una gran ciudad, tocar la soledad, perder lo que está cerca. Es como un viento fuerte que golpea al llegar y que nos deja entreabierta la puerta.

Correr el riesgo es intentar amar otra vez; a veces perdonar, también que nos perdonen. Es como un sueño tirado en un rincón; es como una canción que nunca cantamos.

Correr el riesgo es volver a empezar, volver a respirar, como cambiar de calle; es como un barco que comienza a navegar…

Correr el riesgo es VIVIR, es DISFRUTAR. No dejemos de hacer cosas con temor a arriesgarnos… Vale la pena intentarlo siempre. Nos arrepentimos de lo que no hicimos, no de lo
que intentamos…

Autor desconocido